El Papa, líder religioso y Jefe de Estado
Vatican News
El Papa Francisco no sólo era el pastor de la Iglesia universal, también era el Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
🧶 Vamos a explicar por qué además de ser un líder religioso también era un Jefe de Estado...
Para empezar, tenemos que remontarnos hasta el año 756 cuando, tras una guerra entre lombardos, francos y el Papa, surgieron los Estados Pontificios. En su máxima extensión, los Estados Pontificios cubrieron las regiones italianas modernas de Lacio, Las Marcas, Umbría y Emilia-Romaña. Aunque en 1861, los Estados Pontificios fueron reducidos al Lacio.
El Papa gobernó en los Estados Pontificios hasta 1870 cuando, en el proceso de Reunificación italiana, los Estados fueron invadidos por el Reino de Italia. De esta manera, el Papa y la Santa Sede quedaron sometidos a la soberanía italiana. Entre 1870 y 1929, el Papa no tuvo ningún territorio físico existiendo, entre la Iglesia católica y el Estado italiano, un ambiente de hostilidad que fue denominado como la Cuestión romana.
Esta situación fue solventada mediante los Pactos de Letrán que fueron firmados el 11 de febrero de 1929 por el cardenal Pietro Gasparri, en nombre del papa Pío XI, y por el primer ministro de Italia, Benito Mussolini, en nombre del rey Víctor Manuel III. De acuerdo con estos tratados, se reconoció la independencia y soberanía de la Santa Sede y se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano al cual se adjudicaron 44 hectáreas de la ciudad de Roma, en la zona de los edificios históricos papales, en la Colina Vaticana.
De esta manera, todos los Sumo Pontífices desde Pío XI son considerados obispos de Roma y soberanos del Estado de la Ciudad del Vaticano. Así lo dispone el art. 1 de la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano al afirmar que «el Sumo Pontífice, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, tiene la plenitud del poder gubernamental, que incluye el poder legislativo, ejecutivo y judicial». Además, el art. 6 dispone que «la representación del Estado de la Ciudad del Vaticano en las relaciones con los Estados y con los demás sujetos de derecho internacional, en las relaciones diplomáticas y para la celebración de tratados, está reservada al Sumo Pontífice».
Pero ojo, el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Santa Sede no son lo mismo. El primer concepto hace referencia a la ciudad y a su territorio, mientras que el segundo se refiere a la institución que dirige la Iglesia (art. 2 de la Ley Fundamental).
Por tanto, el Papa no sólo es un líder religioso sino que, además, cumple con un rol político y diplomático relevante. Piénsese, por ejemplo, en el importante papel que jugó en la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba. Es decir, quien ascienda al Trono de San Pedro tendrá que lidiar con serios desafíos internos pero también deberá proyectar internacionalmente la voz de la Iglesia Católica en un momento geopolítico de creciente inestabilidad.
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